Cuando hacemos lo que queremos sin duda alguna hacemos lo mejor que podemos, porque lo sentimos, porque lo deseamos.
El amor no es un experimento, es una acto. Y cuando accionamos, se supone que lo hagamos contemplando algunas cosas importantes. Los pro y los contra por ejemplo.
No viva por vivir. Viva para vivir, se vive aprendiendo, creciendo, teniendo experiencias que nos enseñan o que nos hacen enseñar, porque enseñando se aprende, escuche alguna vez.
Es demasiado cliché esto, pero aún así lo diré. Hay que enamorarse de uno. Llevo mucho dentro de un proceso, del cual quiero ser responsable, sobretodo ir valorándolo y validándolo. Validar mi proceso me ayuda a ser consciente. Y aunque es algo un tanto personal, me gustaría compartirles que en la medida que nos enamoramos de nosotros, comprendemos el valor de amar a otros de verdad.
Muchas veces no amamos, sólo co dependemos, y nos duele reconocer que no tenemos michas veces la capacidad para amar de verdad. De hecho no tenemos la obligación de amar, pero sí el deber moral y espiritual de amar, porque en la medida que lo hacemos mostramos nuestra humanidad. Ahora bien, ¿ cómo puedo amar a alguien si no siquiera me amo a mí ?
No aceptamos, que no nos amamos, que no nos respetamos, sólo co dependemos. Por eso el deseo excesivo, de tener amigos, pareja y familia. Pero cuando nos llega no sabemos manejarlo. Nos queda grande, porque en efecto la vida es una paradoja y tiene un sentido del humor muy particular, pero se aprende y se enseña. Y logramos hacerlo bien en la medida que lo hacemos con nosotros mismos. Hasta la biblia nos revela el misterio, ¨ama a tu prójimo como a ti mismo¨ ¿ como pretendemos amar, si ni siquiera nos amamos?
Les dejo la interrogante para que replanteemos algunas ideas, y desde hoy cambie un poco la idea de vivir por vivir.
Y que adoptemos el, VIVIR PARA VIVIR.
En amor
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